24/08/2025
La provincia vecina se encuentra en las postrimerías de dar un giro histórico en el proceso de reforma constitucional. Nuestra provincia fue pionera. Crónica de un hecho ocurrido en 2008 en la Convención Constituyente.
Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial
En Santa Fe se está sesionando la Convención Constituyente. Un proyecto que a lo largo de las últimas décadas fue truncado por las sospechas de que lo único que interesaba era la cláusula de reelección del gobernador.
Cuando se discute una Constitución, se está discutiendo el principal contrato social. Además de un encuadramiento jurídico que determinará las relaciones.
Los constituyentes santafecinos modificaron el artículo 3° de la carta magna que actualmente establece que “la religión de la provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes”.
Ahora, ese artículo 3, quedaría redactado de la siguiente manera: “la Provincia no establece religión oficial, asegura la distinción entre el orden civil y el religioso. La relación entre el Estado, las iglesias y los cultos legalmente reconocidos, se rige por los principios de autonomía, igualdad, no discriminación, cooperación y neutralidad”.
Entre Ríos goza de ese laicismo desde 1933, cuando conservadores y partidarios de la Unión Cívica Radical decidieron garantizar la libertad de credo en la Constitución.
Esa tradición tiene una figura excluyente en la historia. Eduardo Racedo, militar y gobernador de Entre Ríos nacido en Paraná, removió en la reforma constitucional de 1883 el artículo que sostenía el sostenimiento del culto católico por parte del Estado y proclamó la educación primaria como laica, gratuita y obligatoria.
En su tercer mandato, el entonces gobernador Jorge Busti decidió reformar la Constitución, lo que finalmente ocurrió en 2008. Durante ese proceso se presentó la posibilidad de incorporar el catolicismo como religión oficial. La idea era expresarlo en un Preámbulo, que la carta magna entrerriana no tiene.
Uno de los impulsores de esa reforma fue el fallecido constituyente Hermo Pesuto, que ofició de vocero de la Iglesia en ese proceso. El ex seminarista y discípulo de monseñor Vicente Zaspe, que en su momento se desempeñaba como profesor de la UCA, se había comprometido con sus compañeros de bancada Marciano Martínez y Augusto Alasino a promover la introducción de un preámbulo confesional. “No lo hago como católico militante sino como cristiano”,dijo en su momento ante la Comisión Arquidiocesana de Laicos, que depende del Arzobispado de Paraná. “En 1933 no lo tuvimos porque imperaba en ese momento un positivismo agnóstico que lo impedía, aunque el 80 % de los convencionales del ´33 juraron por Dios”, reconstruyó el peronista, ex funcionario de Mario Moine. A esa iniciativa se sumó el doctor Roberto Quinodoz, también representante de la UCA Subsede Paraná.
Hubo un momento histórico en que la Constitución entrerriana sí tuvo Preámbulo, y fue cuando se la adaptó a la Constitución del ‘49. El texto introductorio lo escribió nada más ni nada menos que el reconocido constitucionalista entrerriano y peronista, Arturo Sampay. Con el Golpe a Perón se retrotrajo esa reforma y se volvió a la Constitución de 1933.
En la Convención Constituyente de 2008, los principales referentes de los partidos políticos que la integraron profesan la religión católica. Empezando por el presidente, Busti, que hasta su fallecimiento colgó de su cuello un crucifijo y en su departamento de calle Mitre tenía en uno de los principales ambientes las imágenes de las vírgenes de Itatí y del Luján.
El principal bloque opositor lo presidía Fabián Rogel, católico y practicante y amigo personal del recientemente fallecido cardenal y arzobispo de Paraná, Estanislao Esteban Karlic.
En las filas del peronismo y sus disidencias, había una abrumadora mayoría católica. Pero también en el radicalismo, con voces de peso como la de Agustín Brasesco. El bloque unipersonal de Recrear lo representaba Martín Acevedo Miño, otro referente de la Iglesia. El Partido Socialista, en alianza con la Coalición Cívica, era la otra fuerza opositora.
El proyecto de Pesuto se llegó a abordar con una mayoría dispuesta a aprobar, lo que implicaba un retroceso enorme para el liberalismo (en serio) instaurado un siglo atrás.
La presidenta de la Comisión de Peticiones, Rosario Romero, encontró un argumento para no avanzar. Elaboró un dictamen aconsejando el rechazo de la propuesta explicando que la definición de no incluir un preámbulo es una cuestión de forma y no de contenido. “En ningún momento se prohíbe la existencia de esta parte, no tenemos el tema especialmente introducido y toda introducción que viole el pacto que posibilitó la ley habilitadora de la reforma desmeritaría el trabajo que vienen haciendo prolijamente los convencionales”, justificó la convencional del PJ. El núcleo pétreo fue el que impedía tratar el tema. A esa postura se sumaron el convencional socialista, Américo Schvartzman, y el justicialista Raúl Barrandeguy, quienes justificaron la inhabilitación que surge de la lectura de la 9.768.
Los peronistas Zulema Schoenfeld y Luis Márquez fueron de los que propiciaron la introducción del texto. Y quienes votaron a favor de que se incorpore el preámbulo fueron, Busti, José Allende, Juan Carlos Cresto, Laura Gastaldi, Márquez, Raúl Taleb, Celeste Pérez, Schoenfeld, Mario Heyde, Gustavo Díaz y Héctor Motta.
El presidente del bloque del PJ era Miguel Carlín, que se limitó a abrir el debate, pero se llamó a silencio. Inteligente, sabiendo de su origen judío, evitó en quedar expuesto al recurrente antisemitismo cultural.
El radicalismo no mostró fisuras y los nueve integrantes del bloque votaron en contra de incluir un preámbulo. El convencional Raúl Guy puso de relieve que la posición fue mandato del partido, además de entender que no había ninguna interpretación que los habilite a debatir la introducción del texto.
La Constitución de Entre Ríos no tiene preámbulo pese a la mayoría que estaba predispuesta a incorporarlo. Una cuestión técnica – o jurídica- que salvó a la provincia de un retroceso.
La foto que ilustra esta crónica es del 11 de octubre de 2008, día en que se juró la Constitución de Entre Ríos, en Concepción del Uruguay.