Las recientes decisiones del Gobierno Nacional en torno a organismos históricos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) despertaron una fuerte preocupación en distintos sectores productivos, académicos y políticos del país.
domingo 24 de agosto de 2025 | 12:29hs.
Entre las voces críticas, se alzó con fuerza la del diputado provincial y ex Intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, quien en una entrevista advirtió sobre el impacto que estas medidas pueden tener, no solo en la producción agropecuaria, sino también en la sostenibilidad ambiental, la innovación tecnológica y la vida democrática de las instituciones.
“Las decisiones que tomó el Gobierno Nacional preocupan seriamente porque hubo un fuerte desconocimiento de instituciones como el INTA y el INTI. Es absolutamente impensado llevar a cabo mejoramientos de los procesos productivos sin estas instituciones. No tiene que ver sólo con la incorporación de tecnologías, sino también con el sostenimiento ambieNtal”, afirmó el legislador a EL ARGENTINO.
Bahillo explicó que no se trata únicamente de producir más o mejor, sino de hacerlo en línea con estándares internacionales que hoy son cada vez más estrictos: “El mundo demanda procesos sostenibles en términos ambientales. En materia de alimentos es mucho más exigente en términos de inocuidad, de calidad y de procesos productivos sostenibles. Además del mejoramiento permanente que hay que ir haciendo en estos procesos de producción de alimentos”.
Un retroceso en la gobernanza del INTA
Más allá de la cuestión productiva y ambiental, Bahillo advirtió que las decisiones del Gobierno implican un serio retroceso en la gobernanza del organismo: “Pierde una gobernanza que era muy virtuosa. En el INTA, el gobierno pretendía modificar todo lo que tiene que ver con el consejo directivo”, dijo, refiriéndose a la intención del oficialismo de cambiar la composición del órgano que históricamente ha definido las prioridades de investigación y asignación de recursos.
El diputado explicó que este esquema de gobernanza mixta, con participación del Estado, las universidades, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil, había sido clave para garantizar que las decisiones del INTA respondieran a una visión plural y a las necesidades reales de la producción: “La agenda del INTA era una agenda mixta. Cuando se definían las prioridades, el Estado estaba en igualdad de condiciones con el sector privado y juntos, entre los sectores de la producción y los funcionarios de turno, se le daba prioridad a esa agenda. En función de eso se ejecutaba el presupuesto”.
Lo que propone el Gobierno, según Bahillo, es desandar todo este camino: “Pretenden sacar a las universidades, eliminar este consejo directivo y dejarlo solo en cabeza de la Secretaría del Ministerio de Economía, con lo cual es una manera encubierta de vaciarle el presupuesto. El gobierno no va a definir una agenda de trabajo, no va a definir una agenda de prioridades, no va a asignar presupuesto a esta lista. Va a tener un manejo absolutamente discrecional y unilateral, por lo cual es un retroceso en términos de participación ciudadana y de los sectores involucrados”.
Ciencia, producción y economías regionales
El legislador entrerriano puso como ejemplo la importancia que el INTA ha tenido para las economías regionales, que suelen tener menor escala que las grandes zonas productivas del país: “El INTA tiene un rol absolutamente central. Y además tiene un rol muy importante en las economías regionales, que por lo general no tienen una escala económica importante como las economías centrales. Allí, el Estado, a través del INTA, promueve líneas de mejoramiento de los procesos. Por ejemplo, me refiero a mejoramiento de la genética de las plantas para lograr mayor rendimiento por unidad de superficie; un mejoramiento en el aprovechamiento del agua y el riego”.
Incluso recordó que el organismo tuvo un papel decisivo en avances científicos históricos: “El INTA fue fundamental en el descubrimiento de la vacuna contra la aftosa. Esto está relacionado con el estatus que tenemos en la materia. El INTA fue quien llegó a ese desarrollo. Después siempre hay una articulación con los sectores privados que son los que la producen y la comercializan”.
Por eso, Bahillo considera que las decisiones del Gobierno no solo debilitan la institucionalidad, sino que ponen en riesgo la capacidad del país para sostener y mejorar estándares de producción, calidad y sostenibilidad ambiental.
Un modelo “altamente autoritario”
El legislador vinculó estas decisiones con un modelo político y económico que, a su entender, prioriza únicamente el ajuste fiscal sin contemplar su impacto social: “Estamos ante la opción de decir: seguimos sosteniendo un sistema republicano de gobierno con división de poderes y con respeto entre los poderes, o le seguimos dando a un gobierno altamente autoritario que está demostrando cada vez menos transparencia y de dudosa honestidad en su proceder. Le seguimos dando un cheque en blanco a un gobierno que hace del ejercicio del poder un hecho de crueldad y de violencia hacia lo que no piensan igual. Es realmente inusitado y no se corresponde con una época democrática”.
Bahillo reconoció que el país necesita equilibrio fiscal, pero cuestionó con dureza el camino elegido por el oficialismo: “Es cierto que había que transitar un camino de mayor equilibrio a la economía de nuestro país, pero esto se podría haber logrado claramente afectando o involucrando a otros sectores, como son los grandes sectores financieros, la energía, la minería, los grandes contribuyentes de este país. Hoy, el cincuenta por ciento de este ajuste es a costa de matar de hambre a nuestros jubilados y destruir el sistema previsional”.
Críticas al Presidente y defensa de la paz social
El diputado también fue muy crítico con actitudes del Presidente hacia distintos sectores de la sociedad, en especial hacia el Garrahan y hacia quienes trabajan en áreas sensibles como la salud infantil: “No debe haber en mi consideración una profesión o una actividad más altruista que trabajar con chicos con pacientes oncológicos. Desde los médicos, los pediatras, hasta los trabajadores de la salud, enfermeros, camilleros… Si hay algo que demuestra vocación y amor al prójimo tiene que ver con quienes desempeñan esa profesión. La verdad que demonizar a los pediatras y a los trabajadores de Garrahan, que se ocupan de nuestros chicos con problemas de cáncer, vamos a hacer las cosas como son, es de una violencia inusitada”.
Bahillo también cuestionó el agravio del mandatario a un adolescente con autismo: “Pelearte con un chico de 12 años, que es autista, es no entender la responsabilidad que se tiene como presidente. La violencia de arriba genera más tarde, más temprano, violencia abajo. Tenemos mayores responsabilidades en la vida pública y el presidente de la Nación, sea quien fuere, tiene la mayor de las responsabilidades. Tenemos que ser los primeros en cuidar la paz social y la convivencia entre los distintos sectores de la sociedad y no andar rompiendo todo”.
“La función pública es vocación de servicio”
Finalmente, Bahillo aseguró que el ejercicio del poder no puede desligarse de valores éticos y de una mirada humanista: “La función pública es, antes que nada, una vocación de servicio. No importa qué responsabilidad tenés, después vemos en qué responsabilidad nos toca, pero antes de nada es vocación de servicio, es amor al prójimo. Tenés que tener vocación de servicio, amor al prójimo, pensar en una sociedad mejor y querer a tu país. La construcción de una sociedad mejor no puede ser sobre la base de la crueldad y de la violencia como lo ejerce este gobierno. Eso siempre termina mal”.
Con esta mirada, Bahillo dejó en claro que el debate sobre el INTA excede lo productivo y se enmarca en una discusión más amplia sobre el rumbo económico, político y social del país.
Recordemos que estos DNU fueron anulados en el Congreso, por lo que se sigue de cerca cómo continuará el tema. Desde el Gobierno no descarta una posible judicialización. (APFDigital)