Corrupción, coimas y urnas: escándalo que golpea al Gobierno en plena campaña

El presidente Javier Milei atraviesa la crisis más delicada desde que asumió, con denuncias de corrupción que salpican a su círculo íntimo y ponen bajo la lupa a su hermana, Karina Milei. El oficialismo intenta sostener la economía hasta las elecciones de octubre, pero el 7 de septiembre tendrá una prueba clave en territorio bonaerense que se presenta cuesta arriba.

La sombra de los escándalos

Las acusaciones de cobro de coimas y tráfico de influencias desataron un fuerte cimbronazo en el Gobierno, que denuncia un armado electoral detrás de las revelaciones. Sin embargo, los paralelismos con los años ’90 son inevitables: parientes en lugares sensibles de la administración y, ahora, sospechas de corrupción que los ponen en el centro de la tormenta.

Una encuesta de Proyección reveló que el 53,3 por ciento de los consultados cree que Karina Milei podría estar involucrada en el escándalo, mientras que solo un 15,4 por ciento lo descarta. Pese a ello, el 64,7 por ciento de quienes votaron a La Libertad Avanza en el balotaje aseguran que mantendrán su apoyo.

El factor electoral

El Gobierno juega a contener la economía –con el dólar como prioridad– hasta el 26 de octubre, pero sabe que las elecciones bonaerenses del próximo domingo serán un test ineludible. Las encuestas muestran un escenario favorable al peronismo en distritos clave como la Tercera Sección, donde el oficialismo no logra hacer pie en medio del ajuste.

La participación podría rondar apenas el 50 por ciento, lo que aumenta la incertidumbre. Un traspié en la provincia más poblada del país no solo sería un golpe político, sino también un mensaje negativo para los mercados.

Un Congreso indomable

Lejos de bajar la intensidad por el año electoral, el Congreso se muestra hiperactivo. En la última semana avanzó la creación de comisiones con fuerte potencial de desgaste para el Ejecutivo. Una de ellas, la Comisión Libra, promete poner al propio presidente y a su hermana en el banquillo político.

El oficialismo intentó desconocer su legitimidad y se retiró del debate, dejando a la oposición con vía libre para marcar la agenda. Una jugada que recuerda a errores pasados de otros gobiernos que optaron por vaciar espacios clave y luego quedaron a merced de sus adversarios.

Un escenario frágil

La combinación de escándalos de corrupción, fragilidad económica y citas electorales decisivas dibuja el peor escenario para el oficialismo. En un clima político enrarecido y con la abstención en aumento, el Gobierno enfrenta semanas decisivas que podrían definir el rumbo de la gestión.



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