19/06/2025
El tribunal disciplinario dispuso la remoción de la titular del Juzgado Penal de Niños, Niñas y Adolescentes de Diamante por causales de violencia laboral. El jury también sostuvo que la magistrada incurrió en diversos incumplimientos de sus deberes, pero aclaró que los jueces no pueden ser investigados por el contenido de sus sentencias. Hubo una disidencia. Los argumentos.
De la Redacción de Página Judicial
El Jurado de Enjuiciamiento destituyó por mayoría a la jueza Josefina Etienot por causales de violencia laboral. La decisión se tomó por seis votos a favor de la remoción y la disidencia de Miguel Ángel Giorgio, vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), quien consideró que “la falta de acusación del procurador constituye un obstáculo insalvable” para que pueda proceder la destitución.
La decisión fue avalada por Gisela Schumacher, que emitió el primer voto, al que adhirieron la senadora Gladys Domínguez, el diputado Marcelo López, el vocal Leonardo Portela y los abogados Gonzalo García Garro y María Victoria Giménez.
En tanto, Giorgio, el séptimo integrante del jury, reiteró que correspondía dictar la absolución de la ahora ex magistrada, al considerar que “la falta de acusación del procurador constituye un obstáculo insalvable para que el jurado pueda arribar al dictado de una resolución destitutoria”. Ello en virtud de que el procurador general, Jorge Amílcar Luciano García, había desistido de la acusación por entender que había caducado el plazo del jury para dictar sentencia desde la apertura de causa.
La magistrada estaba acusada por tres causales: inobservancia reiterada de las disposiciones y reglamentos, conducta pública o privada incompatible con las funciones a su cargo y mal desempeño.
Había sido denunciada por situaciones de violencia y acoso laboral contra empleados del Juzgado Penal de Niños, Niñas y Adolescentes de Diamante y del Equipo Técnico Interdisciplinario del Poder Judicial. Por estos hechos resultó condenada.
Por el hecho más grave estaba relacionado con “intervenciones de la magistrada en procesos judiciales que no responderían a los parámetros adecuados a la normativa”. Concretamente, se le reprochaba haber dictado una disposición que ordenaba revincular a una adolescente con un matrimonio al que le habían revocado la guarda de dos hermanos a raíz de una denuncia por violencia y maltrato. Los adolescentes habían quedado bajo la guarda del Copnaf, pero Etienot resolvió separarlos y propició el regreso de la niña con la pareja que antes había sido denunciada, incluso desoyendo las recomendaciones de los equipos técnicos y del Ministerio Pupilar. La adolescente, en cambio, se negó a volver a la casa. Sin embargo, dos meses después, la revinculación quedó sin efecto a raíz de que la adolescente denunció haber sido víctima de abuso sexual infantil. Por este hecho resultó absuelta por cinco votos.
En el desarrollo de los fundamentos que luego siguió la mayoría, Schumacher señaló que a lo largo del proceso quedó demostrado que Etienot incurrió en incumplimientos de sus deberes en las tres imputaciones que le fueran hechas en la denuncia y acusación.
Sin embargo, consideró que la causal de violencia laboral es la que debía motivar su destitución, ya que quedaron probados, pero también aparecieron otros que, en conjunto, demuestran sin lugar a dudas el ambiente violento que generó la magistrada y que, a criterio del jurado, configuran la causal de mal desempeño.
El tribunal sostuvo que el desempeño idóneo de un magistrado requiere de la buena conducta y del buen desempeño en el cargo; y agregó que “la jueza (Etienot) no se comportó según su dignidad, ejecutando actos que demuestran una incapacidad para sostenerse en el cargo para el cual fuera designada” y, por lo tanto, “no merece continuar en el mismo por haber perdido la aptitud para ostentar el poder confiado”.
También se estableció que durante las audiencias del juicio se arribó a contundentes conclusiones sobre el ejercicio de violencia sistemática sobre al menos siete víctimas y con dieciocho hechos constatados. Esto se valoró en el marco de la desigual relación de poder, entre víctimas y victimaria, y el fuerte impacto emocional en esas personas, así como en el servicio de justicia, y en trámites de personas vulnerables ante su juzgado.
En otro sentido, se tuvo en cuenta que, para violentar a sus víctimas, la jueza Etienot se valió de recursos públicos, lo que agravó su situación.
Respecto de la denuncia por haber dictado una sentencia que ordenaba la revinculación de una adolescente con un matrimonio al que le habían revocado la guarda a raíz de una denuncia por violencia y maltrato, el tribunal consideró que “no configura causal para su destitución por cuanto, a pesar de errada, no deja de ser una decisión judicial, insusceptible de revisión” por un Jurado de Enjuiciamiento.
En esta imputación, la abogada María Victoria Giménez planteó su disidencia por entender que también debía ser motivo de destitución de Etienot. La letrada describió que “un buen juez de familia se comprueba ciertamente por su calidez humana, solidez técnica y plasticidad intelectual, una ética particular respecto de los individuos fragilizados, y una condición de liderazgo no exenta de humildad” y agregó que “si la protección integral de los derechos del niño se constituye en el eje de todas las intervenciones, los actores principales, en ámbitos jurídicos, deben realizar un análisis institucional que lleve a la revisión constante de sus implicaciones, es decir, el análisis de aquellos aspectos propios, subjetivos que se filtran y condicionan la escucha de la niñez vulnerada. Lo cual aquí no ha ocurrido. De tal modo que consideramos que ha habido mal desempeño judicial por parte de la doctora Etienot”, aseveró.
JOSEFINA ETIENOT – Jurado de Enjuiciamiento by Página Judicial