La justicia confirmó el despido de un policía por cuestionar a sus jefes
26/09/2024
Un tribunal provincial confirmó la cesantía de un policía retirado que en convocatorias públicas había cuestionado a sus superiores y a la jefatura política de la Policía de Entre Ríos. Le reconocieron el derecho a generar el debate sobre asuntos de interés público, pero advirtieron que había mellado el respeto a la autoridad.
De la Redacción de Página Judicial
La Cámara en lo Contencioso Administrativo de Paraná rechazó una demanda promovida por un agente retirado de la Policía de Entre Ríos que había sido cesanteado luego de haber participado de protestas en Paraná y Gualeguaychú, en las que exigieron mejores condiciones laborales para los efectivos, el reconocimiento de una asociación sindical y las renuncias del jefe de la fuerza y funcionarios políticos.
El reproche que se le hizo al agente fue haber exigido la renuncia del entonces jefe de Policía, Gustavo Maslein, y de la ministra de Gobierno y Justicia, Rosario Romero, en el marco de un reclamo organizadas por la Asociación Profesional Policial y Penitenciaria de Entre Ríos (Apropoler), una suerte de sindicato no reconocido.
En distintas entrevistas periodísticas, el ex agente de policía, que se presentaba como secretario general de Apropoler, dijo que “Maslein miente a los policías y desconoce a Apropoler”, al tiempo que denunció recargos y traslados del personal durante la pandemia de Covid por las consecuencias que acarreaban al policía y a su grupo familiar, cuestionó el salario de bolsillo que recibían los policías y la asignación de tareas de control de tránsito vehicular, entre otras cuestiones.
Los jueces Marcelo Baridón y Adriana Acevedo señalaron que las críticas del policía, “en la medida en que contribuyeron al debate sobre cuestiones de interés público” deben ser reconocidas como parte del ejercicio de la libre circulación y difusión de las ideas y, por lo tanto, “no merecen ni justifican ningún reproche”. Del mismo modo, admitieron el derecho a exigir mejores condiciones laborales.
Sin embargo, los magistrados analizaron una tercera perspectiva dentro del discurso del ex agente policial, en cuanto exigió la renuncia de quienes detentaban la autoridad administrativa y política de la Policía de Entre Ríos y desmereció la palabra de Maslein “sin despojarse de su condición de numerario bajo estado policial”.
En ese sentido, los jueces se preguntaron “si los principios de orden, autoridad, jerarquía y disciplina bajo los cuales el Estado provincial estructuró su agencia policial para garantizar el orden público y la paz social compatibilizan o no con el pedido de renuncia y el reproche de mentir dirigidos por un subalterno a sus superiores en un contexto relacional verticalizado y en un ámbito de gestión del uso de la violencia estatal en el cual la palabra se encuentra intensamente intervenida”. La respuesta a la que arribaron fue negativa.
“Atribuirle por medios de comunicación masiva la acción de mentir a un superior jerárquico y pedir su dimisión en una reunión pública convocada al efecto resultan lógicamente incompatibles con la sustancia de los principios de obediencia y jerarquía”, señalaron los jueces Baridón y Acevedo en su fallo.
Los magistrados consideraron también que “la falta de respeto a los principios basales de la institución policial, en este caso, habilitan el ejercicio de la facultad disciplinaria en la medida que la conducta verificada por el agente importó una incompatibilidad corrosiva con el modelo organizacional diseñado a los fines constitucionales previstos y a cuyos cumplimientos está destinada la agencia policial entrerriana”.
En definitiva, el tribunal admitió que las manifestaciones públicas del ex agente policial referidas a la defensa de las condiciones laborales no pueden ser objeto de censura, en la medida que el Estado debe garantizar a los trabajadores policiales el derecho a organizarse para discutir sus condiciones de trabajo, peticionar a sus superiores y a las autoridades y expresarse públicamente en forma pacífica. Pero hicieron la salvedad de que los principios y reglamentos policiales obligan a los subordinados a dirigirse a sus superiores respetando la vía jerárquica, les prohíbe la interposición quejas masivas en desmedro de la disciplina y les exige “dirigirse al superior con respeto y sin afectar su autoridad”. En ese punto falló el agente, a criterio de los jueces.
