Rosario Romero abrió las sesiones del Concejo con un mensaje a favor del Estado facilitador y en contra de los ánimos fundacionales
Los puntos que guiaron su alocución de casi una hora fueron 4. “La defensa de la institucionalidad y la democracia; un Estado municipal facilitador que amerita su mejoramiento e innovación permanente; integración de las tareas entre las distintas áreas y trabajo en equipo; planificación de políticas públicas de largo aliento”, detalló. “Son propósitos sobre los cuales otros deberán continuar y enriquecer”, remató.
“La política argentina, en mi concepto y lo digo siempre porque es una convicción que tengo, debe superar los ánimos fundacionales. Debe dejar de empezar de nuevo cada vez que asume un nuevo gobierno. Tenemos que aprender a construir con pluralismo sin considerar al que piensa distinto como un enemigo”, definió.
Luego, acotó: “Siempre construimos sobre senderos que otros trazaron y transitaron antes. Somos hombres y mujeres hijos de un proceso en el que otros caminaron e hicieron, en función gubernamental, cosas que salieron bien, buenas, regulares y también malas”.
“Pero eso somos – subrayó – No podemos vivir en la negación permanente, en la refundación eterna, en la necesidad de pensar que somos los únicos dueños de la verdad. Debemos pensarnos así: en un contexto sudamericano, con una enorme urgencia en superar nuestras economías”. A eso sumó una “innegable necesidad de buscar calidad en la ejecución de políticas estatales, combatir la corrupción”.
Para ello se requiere “una combinación imprescindible de labor estatal donde sea necesaria y estímulo a la actividad e inversión privada donde el Estado no sea necesario”, agregó.
“Los discursos y pensamientos fundacionales y que siempre comienzan de nuevo, no sirven. Son nocivos. Se asientan sobre la ignorancia y el desconocimiento. Tenemos que ir tratando de desterrar esto de la función pública”, reclamó.
En sintonía con estas definiciones, Romero puntualizó: “El Estado está llamado a existir como el gran igualador, el facilitador, el que abre caminos. Pero no suple el mérito, el talento, la creatividad de hombres y mujeres que deben sentirse acompañados, apuntalados si es necesario, pero educados para el desarrollo, la libertad de crecer y la seguridad de que no existirán personas sin valores dispuestas a cercenar los caminos de la bondad, la formación, el esfuerzo y el trabajo”.
“Nada de no fomentar el no-trabajo”, enfatizó. “Se lo digo siempre a los funcionarios. Nada de fomentar intermediarios de la pobreza, ni alimentar los nuevos vicios de la ludopatía que es un flagelo que altera la paz familiar y perjudican a los jóvenes. Ni hablar de alentar los consumos problemáticos o el mal uso de los recursos públicos”, acotó.
Romero afirmó que esto “parece sencillo, pero únicamente el esfuerzo cotidiano, la convicción, las instituciones sociales que promueven valores y la decisión y la mística de los equipos de gobierno pueden lograrlo”.
“Con esa modestia gobernamos. Y con poco hacemos mucho”, afirmó la Intendenta al cerrar la primera parte de su discurso y antes de entrar con el detalles de las acciones y obras de gobierno que realizó durante el primer año de mandato. (APFDigital)