El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, brindó detalles estremecedores sobre la banda liderada por Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, en el marco de la investigación por el triple femicidio de Lara Gutiérrez, Morena Verdi y Brenda del Castillo.
Alonso explicó que el acusado operaba desde la villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires, donde un búnker suyo fue “tomado a sangre y fuego”. Allí montó una red de chicas de entre 16 y 17 años, con una estética vinculada al reggaetón y al hip hop, utilizadas para la venta de Tusi. La organización también incluía a un grupo de hombres a los que llamaban “los perros”, encargados de su custodia y apoyo en las transacciones.
Según la investigación, “Pequeño J” buscaba consolidar un espacio en el mercado del Tusi con vínculos en Perú. Se descubrió que utilizaba distintas propiedades en Capital, incluido el llamado “departamento del Riachuelo”, mencionado por las jóvenes de la red. La casa de Florencio Varela, en tanto, no era un punto de venta fijo sino un lugar de reunión desde el cual partían a distribuir la droga de manera ambulante.
El ministro confirmó que actualmente hay seis detenidos, entre ellos Víctor Sotacuro Lázaro —capturado en Bolivia con una herida de mordedura en la mano— y Magalí Celeste González Guerrero, de 28 años. Otros cuatro integrantes de la banda permanecen prófugos, incluido Miguel Ozorio.
Alonso también reveló que uno de los sospechosos tenía preparados pozos para enterrar a las víctimas, con el objetivo de que el crimen quedara impune. “Esto estaba todo hecho para que ellas fueran otras tres desaparecidas de la democracia. Los pozos estaban cavados y tenemos detenido al que los hizo, junto a la pala”, afirmó.
Finalmente, el ministro pidió disculpas a las familias de las víctimas: “Esto es algo terrible, que no tendría que haber pasado, pero pasó. Cuatro días de angustia para las familias es mucho tiempo, yo no se los puedo devolver, y les pido perdón”.